lunes, 7 de septiembre de 2015

despojos

Aquello que nos preocupa, aquello por lo que los días se nos nublan y las noches se hacen mas largas que de costumbre, aquello que tenemos adosado en el fondo de nuestra alma y nos impide avanzar...
Es precisamente ese pensamiento, ese recuerdo, esa mala experiencia.. la que hace que, continuamente te cuestiones el porqué de las cosas... Y te haces mil preguntas, pero ninguna tiene respuesta, ojalá ese recuerdo desapareciese porque ojalá ese día no hubiese existido jamás.
Pero lamentablemente ocurrió, y el día pasó, la vida continúa pero el recuerdo permanece... ¿qué hacer para que esa pesadilla desaparezca de mi mente y de las de mis seres queridos? No lo sé.
En la vida he hecho muchas cosas, he tomado muchas decisiones, muchas erróneas que he aprendido a afrontarlas pero no hay nada en el mundo de lo que mas me arrepienta que de aquel trágico día. No merece ser nombrado, ni citado, sino que nos deberíamos limitar a olvidarle o a intentarlo... Pero dicen que cuando escribes y plasmas lo que sientes en un papel el dolor deja de matarte por dentro... La escritura siempre ha sido mi vía de escape, entre lineas y letras me siento libre y me hace evadirme del mundo real, del dolor, de la soledad porque aquí solo somos mis letras y yo y nos va bien, de la angustia de vivir la vida que yo misma me he forjado, de tener el cielo a caer a pasos agigantados en el infierno porque yo misma me lo he buscado. Pero sobre todo lo que no me deja vivir tranquila es la culpabilidad y la angustia de haber hecho sufrir y perder la desconfianza total de mi sol, mi luna y mis estrellas, la que siempre me ha guiado, a la que he fallado cuando no se lo merecía, a mi apoyo incondicional, mi madre. Ojalá algún día puedas perdonarme, ojalá algún día yo pueda perdonarme.

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